MI PRIMER PROCESO CREATIVO
"LOS PILARES DE LA INFANCIA”
Por Marta Rosa Fernández
Comencé este proyecto
creativo tomando como punto de partida tres palabras “Infancia, Arte y Juego” y
todo aquello que las mismas me inspiraban, dejándolo todo plasmado en un dibujo
y tomando como premisa básica el uso de letras en el mismo, combinando diferentes
tamaños, tipos de letra, intensidad, luz…, en definitiva, todo lo que deseaba
expresar debía ser a través de letras.
Mi creación inicial era
una obra destinada a un uso posterior, la cual más tarde, reelaboré y
reformulé, haciendo de la mezcla de dibujos, letras y texturas, un espacio
armonioso, en relación con el tema seleccionado. Una de las características
principales de dicho proceso, es que nunca se borraba, por lo que si había que
rectificar algo, se escribía encima o se volvía a repetir.
Dicho dibujo fue
realizado sobre un bloc de dibujo de
papel Canson Guarro Basik en espiral microperforado. El cual contiene papel de
color blanco natural, ligeramente satinado, proporciona firmeza y regularidad
en superficie. Utilicé un único lápiz de
grafito para la elaboración del mismo, de la marca Faber Castell, específicamente
el 2B, cuya dureza me permitió dar diferentes grados de intensidad al dibujo
elaborado.
El centro de la
composición eran las palabras infancia, juego, y arte, las cuales utilicé una
intensidad fuerte del trazado, y letras grandes y diferentes, con el objetivo
de destacar que eran el centro de la creación y que configuraran el primer
plano de la misma. Detrás de cada palabra, encontramos la primera letra de la
misma, en tamaño gigante elaborada con letras pequeñas que reflejaban todo
aquello que identifico más con la infancia, juego y arte. Las mismas han sido
elaboradas para dar profundidad a la creación, y destacar aún más la
importancia de estos tres factores. Por último, sobre las letras gigantes representé,
en forma de dibujos, elementos representativos de cada palabra, utilizando
letras pequeñas con una intensidad mayor para que destacara sobre la letra
gigante.
Tras realizar el
dibujo, siguiendo el hilo conductor, nos dispusimos en clase a buscar artistas,
(pintores, arquitectos o escultores), ya fueran conocidos o desconocidos, que
habían elaborado obras con letras y donde también se introducía en las mismas,
formas macizas y vacías, con el objetivo de inspirarnos para elaborar nuestra
propia escultura. Entre los autores que plasman las letras como arte, destaqué
a: Jaume Plensa (“Alma de Ebro”), Robert Indiana (“Love”), Marc
Ruygrok (“Hier”) Guillaume Apollinaire (“Horse
caligram”), José Juan Tablada (“El puñal”), con las cuales me percaté de la
importancia de la luz para ver desde diferentes perspectivas una misma obra (En
alma de Ebro), los diferentes usos que se le pueden dar a una escultura, por
ejemplo, un banco para sentarse ( Hier), o la manera de plasmar una poesía de
manera visual, de tal forma que transmitan lo mismo a través de diferentes
sentidos (El puñal).
Una vez que recopilé la
información necesaria sobre diferentes autores, y diversos tipos de creaciones
a partir de letras, llegó la hora de llevar a la práctica todo lo aprendido y
elaborar mi propia escultura creada con cartón. Antes de realizar la escultura,
fue imprescindible aclarar las ideas, plasmar todo lo que tenía pensado
realizar y dejar constancia de ello, por lo que realicé un boceto. En el mismo,
plasmé las diferentes partes que la compondrían mi escultura, la forma de
encajar las piezas, las diversas perspectivas que tendría… de tal forma que,
todo tuviera sentido, y concluya con una creación armoniosa que transmitiera
todo lo que me gustaría. En este paso, era fundamental la creatividad e
imaginación, pensar como transmitir todo lo que pretendía y que una vez creado,
todo tuviera sentido.
Al estar basado el
proyecto en la infancia, arte y juego, quise crear mi escultura enfocada a un
trofeo, que podría servir para algún acontecimiento relacionado con estos
temas, por lo que debía tenerlo en cuenta para estimar las dimensiones de la
misma.
Mi escultura está compuesta
por partes macizas y partes vacías. Específicamente, las partes macizas están
formadas por 3 cubos, cada uno de ellos representa un aspecto distinto
(infancia, juego y arte), y por otro lado, la parte vacía que corona la
escultura, formada por un niño, rodeado por un círculo que significa el mundo.
Por lo tanto, lo que quiero transmitir con la misma, es que debemos centrarnos
en el niño y sacar todo su potencial, respetando siempre la etapa madurativa y
característica particulares, tomando el juego como principal fuente de aprendizaje,
y permitiendo que desarrolle la creatividad e imaginación a través del arte (de
aquí, el nombre de la escultura, “Los pilares de la Infancia”).
Una vez que tenía
claro, qué piezas quería crear para mi escultura, sus medidas y de establecer
cómo disponerlas para crear el trofeo, llegó la hora de pensar en cómo forrarla
con mi dibujo, elaborado anteriormente, combinando diferentes tamaños,
perspectivas…sacando el máximo potencial posible a la creación. Es preciso
destacar, que el material que utilicé para elaborar dicha escultura fue el
cartón, buscando diferentes grosores y durezas en función de la estabilidad que
quería darle a cada parte de mi obra.
En el boceto, dejé
constancia de cómo forrar cada una de las partes, teniendo en cuenta que todo
debía ser con fotocopias de mi propio dibujo. Cada cubo representa un tema, con
una serie de dibujos, puestos en forma de collage (realizado a través de
ordenador, utilizando mi propia creación) y destacando siempre una imagen en el
centro relacionado con el tema propuesto, por ejemplo en arte (la A, la cara
cantando, el lápiz). Decidí que, para destacar el dibujo del centro sería
interesante utilizar un contorno blanco, que elaboré con los espacios blancos de
mi propio dibujo. También cabe destacar que cada figura, la forré con el fondo
de letras pequeñas de mi dibujo, dispuesto en forma de collage, que constituían
la base de lo demás. A la hora de pegar en el cartón mi dibujo, utilicé las
menores piezas posibles, utilizando pliegues en los laterales para que quedara
lo mejor posible. Para unir todas las piezas utilicé cola, silicona y palillos
de madera, con el objetivo de dar estabilidad a la escultura, y se notara lo
menos posible las uniones.
Durante todo el proceso
creativo, nuestro trabajo estuvo ambientado con la canción “i dont wanna be you
anymore” de Billie Eillish, por lo que
consideré importante integrarla de alguna forma en la misma. Por ello, decidí
introducirla en el círculo que corona mi escultura, utilizando como material
cartulina azul, en la cual, escribí la canción en forma de partitura de piano y
la enrollé alrededor del círculo.
La última parte de este
proyecto culminó alumbrando a la escultura con luz artificial, y observando
diferentes formas de ver la misma, las cuales fueron muy curiosas para
reflexionar en torno a ellas. Por último, en el aula, realizamos una exposición
con luz artificial, donde añadimos luz de color a nuestras creaciones, las
cuales fueron representadas con una foto de su sombra y una cartela con los
datos principales, y toda la exposición estuvo amenizada por un grupo que cantó
la canción, que ha motivado y creado un buen clima durante todo el proceso.
Fotos de la exposición:
No hay comentarios:
Publicar un comentario