martes, 9 de abril de 2019

PROCESO CREATIVO, G7. Marta Rosa Fernández


  
 MI PRIMER PROCESO CREATIVO

"LOS PILARES DE LA INFANCIA”

 
Por Marta Rosa Fernández

 
Comencé este proyecto creativo tomando como punto de partida tres palabras “Infancia, Arte y Juego” y todo aquello que las mismas me inspiraban, dejándolo todo plasmado en un dibujo y tomando como premisa básica el uso de letras en el mismo, combinando diferentes tamaños, tipos de letra, intensidad, luz…, en definitiva, todo lo que deseaba expresar debía ser a través de letras.
Mi creación inicial era una obra destinada a un uso posterior, la cual más tarde, reelaboré y reformulé, haciendo de la mezcla de dibujos, letras y texturas, un espacio armonioso, en relación con el tema seleccionado. Una de las características principales de dicho proceso, es que nunca se borraba, por lo que si había que rectificar algo, se escribía encima o se volvía a repetir.
Dicho dibujo fue realizado sobre  un bloc de dibujo de papel Canson Guarro Basik en espiral microperforado. El cual contiene papel de color blanco natural, ligeramente satinado, proporciona firmeza y regularidad en superficie.  Utilicé un único lápiz de grafito para la elaboración del mismo, de la marca Faber Castell, específicamente el 2B, cuya dureza me permitió dar diferentes grados de intensidad al dibujo elaborado.



El centro de la composición eran las palabras infancia, juego, y arte, las cuales utilicé una intensidad fuerte del trazado, y letras grandes y diferentes, con el objetivo de destacar que eran el centro de la creación y que configuraran el primer plano de la misma. Detrás de cada palabra, encontramos la primera letra de la misma, en tamaño gigante elaborada con letras pequeñas que reflejaban todo aquello que identifico más con la infancia, juego y arte. Las mismas han sido elaboradas para dar profundidad a la creación, y destacar aún más la importancia de estos tres factores. Por último, sobre las letras gigantes representé, en forma de dibujos, elementos representativos de cada palabra, utilizando letras pequeñas con una intensidad mayor para que destacara sobre la letra gigante.

Tras realizar el dibujo, siguiendo el hilo conductor, nos dispusimos en clase a buscar artistas, (pintores, arquitectos o escultores), ya fueran conocidos o desconocidos, que habían elaborado obras con letras y donde también se introducía en las mismas, formas macizas y vacías, con el objetivo de inspirarnos para elaborar nuestra propia escultura. Entre los autores que plasman las letras como arte, destaqué a: Jaume Plensa (“Alma de Ebro”), Robert Indiana (“Love”), Marc Ruygrok (“Hier”) Guillaume Apollinaire (“Horse caligram”), José Juan Tablada (“El puñal”), con las cuales me percaté de la importancia de la luz para ver desde diferentes perspectivas una misma obra (En alma de Ebro), los diferentes usos que se le pueden dar a una escultura, por ejemplo, un banco para sentarse ( Hier), o la manera de plasmar una poesía de manera visual, de tal forma que transmitan lo mismo a través de diferentes sentidos (El puñal).



Una vez que recopilé la información necesaria sobre diferentes autores, y diversos tipos de creaciones a partir de letras, llegó la hora de llevar a la práctica todo lo aprendido y elaborar mi propia escultura creada con cartón. Antes de realizar la escultura, fue imprescindible aclarar las ideas, plasmar todo lo que tenía pensado realizar y dejar constancia de ello, por lo que realicé un boceto. En el mismo, plasmé las diferentes partes que la compondrían mi escultura, la forma de encajar las piezas, las diversas perspectivas que tendría… de tal forma que, todo tuviera sentido, y concluya con una creación armoniosa que transmitiera todo lo que me gustaría. En este paso, era fundamental la creatividad e imaginación, pensar como transmitir todo lo que pretendía y que una vez creado, todo tuviera sentido.
Al estar basado el proyecto en la infancia, arte y juego, quise crear mi escultura enfocada a un trofeo, que podría servir para algún acontecimiento relacionado con estos temas, por lo que debía tenerlo en cuenta para estimar las dimensiones de la misma.
Mi escultura está compuesta por partes macizas y partes vacías. Específicamente, las partes macizas están formadas por 3 cubos, cada uno de ellos representa un aspecto distinto (infancia, juego y arte), y por otro lado, la parte vacía que corona la escultura, formada por un niño, rodeado por un círculo que significa el mundo. Por lo tanto, lo que quiero transmitir con la misma, es que debemos centrarnos en el niño y sacar todo su potencial, respetando siempre la etapa madurativa y característica particulares, tomando el juego como principal fuente de aprendizaje, y permitiendo que desarrolle la creatividad e imaginación a través del arte (de aquí, el nombre de la escultura, “Los pilares de la Infancia”).





Una vez que tenía claro, qué piezas quería crear para mi escultura, sus medidas y de establecer cómo disponerlas para crear el trofeo, llegó la hora de pensar en cómo forrarla con mi dibujo, elaborado anteriormente, combinando diferentes tamaños, perspectivas…sacando el máximo potencial posible a la creación. Es preciso destacar, que el material que utilicé para elaborar dicha escultura fue el cartón, buscando diferentes grosores y durezas en función de la estabilidad que quería darle a cada parte de mi obra.






En el boceto, dejé constancia de cómo forrar cada una de las partes, teniendo en cuenta que todo debía ser con fotocopias de mi propio dibujo. Cada cubo representa un tema, con una serie de dibujos, puestos en forma de collage (realizado a través de ordenador, utilizando mi propia creación) y destacando siempre una imagen en el centro relacionado con el tema propuesto, por ejemplo en arte (la A, la cara cantando, el lápiz). Decidí que, para destacar el dibujo del centro sería interesante utilizar un contorno blanco, que elaboré con los espacios blancos de mi propio dibujo. También cabe destacar que cada figura, la forré con el fondo de letras pequeñas de mi dibujo, dispuesto en forma de collage, que constituían la base de lo demás. A la hora de pegar en el cartón mi dibujo, utilicé las menores piezas posibles, utilizando pliegues en los laterales para que quedara lo mejor posible. Para unir todas las piezas utilicé cola, silicona y palillos de madera, con el objetivo de dar estabilidad a la escultura, y se notara lo menos posible las uniones.
Durante todo el proceso creativo, nuestro trabajo estuvo ambientado con la canción “i dont wanna be you anymore”  de Billie Eillish, por lo que consideré importante integrarla de alguna forma en la misma. Por ello, decidí introducirla en el círculo que corona mi escultura, utilizando como material cartulina azul, en la cual, escribí la canción en forma de partitura de piano y la enrollé alrededor del círculo.







La última parte de este proyecto culminó alumbrando a la escultura con luz artificial, y observando diferentes formas de ver la misma, las cuales fueron muy curiosas para reflexionar en torno a ellas. Por último, en el aula, realizamos una exposición con luz artificial, donde añadimos luz de color a nuestras creaciones, las cuales fueron representadas con una foto de su sombra y una cartela con los datos principales, y toda la exposición estuvo amenizada por un grupo que cantó la canción, que ha motivado y creado un buen clima durante todo el proceso.




Fotos de la exposición: 

 

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