MI PRIMER PROCESO CREATIVO
"RECUERDOS DE LA INFANCIA"
Por Milagros Otero Ganaza
Empecé
este proceso creativo recordando mi infancia y todos aquellos momentos vividos
cuando era pequeña, aquellos sentimientos, recuerdos, aficiones, deseos, gustos...
dejándolo todo plasmado y representado en un dibujo, solo podían aparecer
letras con diversos grosores, tamaños, intensidades... todo aquello que deseaba
expresar en mi dibujo, debía ser mediante letras que me inspirasen para
llevarlo a cabo. Las primeras palabras claves tenidas en cuenta fueron "Infancia, arte y juego", y a raíz de ellas, surgieron muchísimas más.
Un
aspecto importante y novedoso, al menos para mí, es que no se podía borrar, por
lo que todo cambio debía ser escrito encima, o incluso repetirlo, algo que en
ocasiones hice, puesto que este dibujo sería útil y valioso para una fase
posterior. Mi objetivo fue elaborar una creación artística que hiciese sentir,
recordar, rememorar, y que cuando se viese en primera instancia, volásemos
juntos hacia el pasado, de una forma bella y armoniosa.
Mi
obra fue llevada a cabo sobre un blog de dibujo Basik en espiral microperforado
de Canson Guarro. El papel estaba ligeramente satinado, además de poseer un
blanco natural. Es un papel idóneo para realizar diferentes dibujos, puesto que
se pueden elaborar utilizando diversas técnicas de dibujo a lápiz, cera,
tintas, etc. Para la realización del dibujo, utilicé durante todo el proceso
creativo un único lápiz de grafito, marca Staedtler Noris HB 2, siendo yo misma la
que proporcionaba al dibujo diferentes grosores, intensidades...
El
dibujo está compuesto por diferentes letras, en concreto palabras, que
representan la infancia y aquellos pensamientos que tenemos sobre ella. Decidí
proporcionarle una intensidad más fuerte del trazado y unas letras más grandes,
a aquellas palabras que representan la niñez (felicidad, juego, amor, familia)
dejando menos intensidad y fuerza en aquellas palabras que quedarían en un
segundo plano. En definitiva, el dibujo está compuesto por palabras
significativas que me hacen volver a vivir lo que vivía cuando era pequeña. ¿Qué
es lo que siente y piensa un niño? Pues todo aquello que aparece plasmado en mi
dibujo, el pensamiento de un niño representado en una obra.
Continuando así... en clase se nos propuso investigar o buscar autores
que pudieran inspirarnos acerca de obras llevadas a cabo mediante letras, ya
fuesen pintores, escultores o arquitectos, puesto que a pesar de no tener
constancia de ello, había muchísimos y muy interesantes. Algunas de sus obras, con
parte hueca y maciza me inspiraron para la elaboración de mi primera escultura.
Entre todos ellos, destacar: Robert Indiana (“Imperial Love”), Paula Scher (“El
mapa y las palabras”) Jaume Plensa (“Silencio frente al ruido”) (“El alma del Ebro”). Todas ellas presentan
algo único, y en ellas me percaté de la importancia de la luz, del sentimiento
que se le pone y además de los diferentes usos que se le puede dar a una misma
obra.
Una
vez finalizada la búsqueda de información sobre diferentes autores, aclarando
dudas e incertidumbres, comenzó mi proceso de creación propia, el primer
sentimiento que se me pasó por la cabeza fue el miedo, puesto que era mi
primera vez, nunca antes había creado una escultura, pero a la vez, ganas e
ilusión, era algo nuevo y novedoso para mí. Antes de utilizar el cartón, era
necesario plasmar en un papel todo aquello que quería llevar a cabo, aclarando
ideas y tomando constancia de que mis ideas eran acertadas, o por el contrario,
si tenía que realizar algún cambio para que todo saliese de la mejor manera
posible. Por ello, realicé un boceto, exponiendo en él, todas y cada una de las
perspectivas, como iban a ir encajada las piezas, cuantas piezas tendría y
además como iba a estructurar mi escultura de cartón. Para todo esto, era
imprescindible las ganas, la ilusión, la constancia y por supuesto la
imaginación y la creatividad para conseguir algo novedoso, distinto a lo demás
y lo más importante, que fuese significativo para mí.
Al
estar relacionado con la infancia, quise representar en mi escultura, un cohete
con diferentes planetas... ¿Por qué decidí elaborar un cohete y no otra forma
tridimensional? Pues debido a que la imaginación, el pensamiento, el deseo, la
ilusión, la diversión de un niño vuela hacia lo más alto, al igual que lo hace
un cohete; Algo que nunca debemos cortar, debemos dejar que vuelen y que lo
hagan sin sentirse cohibidos, que se sientan libres y capaces de realizar todo
aquello que se propongan, puesto que con ganas y constancia todo se puede
lograr. A raíz de la elaboración y creación de la escultura, pensé que nombre sería el más acorde y
significativo, por lo que “Recuerdos de la infancia” fue el elegido, y fue el
que me inspiró más nostalgia y a la vez felicidad y alegría.
Toda
la escultura está formada por parte tanto macizas (todo el cohete en sí) como huecas (puerta del cohete y círculo
colocado en la parte de arriba), todo siempre con un sentido y dándole a ésta
la forma más acorde e idónea posible. En la parte de abajo, decidí elaborar una
base realizada con cartón, con el objetivo de incluir dos cohetes (con un
sentido y valor que será descubierto posteriormente) que serían integrados en
la escultura con dos palillos de madera, con el fin de darle más seguridad.
Posteriormente,
una vez decidido que partes irían en cada lado del cohete, cuanto tendría que
medir cada una de ellas y cuantas partes tendría en total, comencé a pensar
como iría forrado y que partes del dibujo iría en cada uno de los lados,
teniendo siempre en cuenta que forma geométrica poseía esa parte del cohete. El
objetivo estaba en sacarle el máximo partido a la escultura y conseguir algo
bello con tan solo cartón.
¡Comienza
la fase de forrar la escultura! Realmente parecía algo fácil, pero cuando comienzas
a realizarlo, te das cuenta de que no lo es y que necesitas pensar y
reflexionar mucho sobre cómo llevarlo a cabo. Los laterales del cohete irían
forrados con el dibujo central (representación de la cara y el cuerpo de un
niño, compuesto por diferentes letras y palabras). Decidí ponerlo en dos partes
del cohete, por la importancia que esta parte del dibujo tiene para mí,
mientras que la parte de arriba fue forrada con una palabra clave (“juego”).
Por otro lado, la cara del cohete, donde aparece la puerta, fue forrada con
cuatro palabras significativas que representan el valor y la importancia de la
infancia (“amor” “felicidad” “juego” “familia”). En las esquinas quise ponerle
unas tiras de color negro, con el objetivo de que no se percibieran los cortes,
y fuese todo un poco más estético. Por último, la parte de abajo (la base) fue
forrada de color blanco, puesto que desde mi criterio, daba una mayor impresión
de buen gusto.
Intenté
utilizar el menor número de piezas posibles, utilizando pliegues y empleando
cola, pegamento y palillos de madera, con el fin de darle seguridad y
estabilidad a mi escultura.
Por
otro lado, ¿Cómo estuvo ambientado nuestro trabajo durante todo el proceso
creativo? Pues a través de una canción llamada “I don´t wanna be you anymore”
de Billie Eillish, una canción que tras conocer su letra más te hacía pensar,
reflexionar y sobre todo sentirla muy dentro de ti. Destacar que esta canción
no podía faltar y se decidió incluirla en nuestra escultura, de una forma
innovadora y creativa. Mi propuesta fue incluirla en el aro que rodea uno de
los planetas con papel fieltro, integrando aquellas palabras y frases
significativas de la canción, dándole la importancia y el valor que realmente
merece.
Finalmente,
la parte final de este gran proceso creativo fue proporcionarle y proyectarle
luz artificial a nuestra escultura, percibiendo diferentes formas de observarla
que realmente no conocíamos y pensando sobre ellas. Destacar que todo el
proceso se llevó a cabo con luz natural, por lo que la utilización de la luz
artificial fue algo increíble e interesante para todos nosotros.
Para
concluir este proyecto, se llevó a cabo una exposición. En ella, cada uno de los
grupos colocaba sus esculturas en su mesa correspondiente, utilizando todo
aquel material que creía conveniente (decidimos utilizar una luz de color que
sería proyectada en cada una de nuestras esculturas), y además en las mesas se
podrían observar las diversas cartelas con los datos principales y una foto de
las sombras de las esculturas. La exposición estuvo ambientada con la actuación
de un grupo, que decidió cantar la canción, provocando un buen ambiente y
amenizando así la gran y bonita exposición.
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